Si muerte sí, porque Dios es muerte.
Y yo un soldado amargo de tu guerra.
Y tu una cruz y yo madera.
Será el otoño el vestigio de tu palabra,
de ese mudo sonido
que tanto ahonda.
Y yo un soldado amargo de tu guerra.
Y tu una cruz y yo madera.
Será el otoño el vestigio de tu palabra,
de ese mudo sonido
que tanto ahonda.
Si muerte sí, Dios es silencio
y yo su tierra.
Qué cálida calma sentir tus ojos...
en mi ceguera.
Sereno y dócil el mundo espera.
Qué cálida calma sentir tus ojos...
en mi ceguera.
Sereno y dócil el mundo espera.
Maravillosa imagen y redondo poema. Hacéis un tándem magnífico, ¡enhorabuena por el blog!
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