(Balneario Baños del Carmen - Málaga, octubre 2013) |
al encontrar un recuerdo de infancia,
entiendo el acto sublime de la experiencia
en su regocijo de vida.
De niño todo vive deprisa.
Y luego, al recordar, ese olor,
ese bosque o ese lecho sobre
el que pisaste mucho antes,
uno siente el colmo de la experiencia.
Y ya solo por eso
es maravillosa la vida.
Porque enseñar lo que tuviste a otros,
te carga de orgullo dulce y templado.
Pues el hombre vive de recuerdos
y es, al repetirlos, cuando emerge
la verdad y el sentido.
la verdad y el sentido.
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