(Rincón de la Victoria - Málaga, febrero 2010) |
de misteriosa seda hasta tu centro,
y colmar, allí,
la eternidad
con la fusión de tu cuerpo,
eterna gloria que desencadena
la tormenta del placer.
Cómo entender estos latidos desbocados,
estas lágrimas de hechizo y dicha
por llegar a la desembocadura de tu ser,
asomándome al misterio.
Este pálpito y deleite me acecha,
como la ilusión por tus besos
colmados de tacto matutino.
¿Cómo ser uno en tu regazo
con mis poros dilatados?
Eres la marea azul de mi océano,
furor desnudo
de tus manos.
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