Un imaginema habla imágenes y ve palabras.
Un imaginema rima las curvas y pinta las frases contadas.
Un imaginema espera en un papel que lo leas observando sus líneas.
Un imaginema se escribe con parpadeos de letras.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Alumbramiento y espera

(Rincón de la Victoria - Málaga, agosto 2009)
   A mi hermano David


Luna llena de impaciencia,
luz abarrotada de esperanza...
Qué momento tan mágico que hace detener el mundo
para que sólo importe el alumbramiento.
Ya se le siente,
como presentimiento en cascada
de vida eterna.
Merece la pena vivir así,
con el corazón a punto del desboque,
con la incertidumbre del tiempo
en el origen de todo.
¡Qué misterio, la vida!


Cuando hay espera no importan las brújulas.
El amanecer es seguro y también el encuentro.
Corazón palpitante y en el estómago,
desbocados, la impaciencia y el sueño.
Y los recuerdos, como girones del alma..
a combatir en la memoria como lanzas fugaces.
¡Qué incertidumbre la vida!






(Madrid, mayo 2011)

jueves, 24 de noviembre de 2011

Permanencia

A Bolívar


Los años no son segundos
que se pierden en el tic-tac
de las manecillas.
Son poderosos sinos
que convierten en cercanos
los tiempos vividos...
Fuimos máscara y olvido,
inexpertos y egoístas
y quienes nos tuvieron en su regazo
y siguieron nuestra estela
y siguen ahí...
Esos son imprescindibles,
aquellos que permanecen,
pues la permanencia es un seguro de vida
para la amistad,
y la alegría.


Carlos Bolívar (autorretrato de Altasensibilidad, Faro Babaria - Formentera, febrero 2004)

Pérdida (II)

Incluso lo eterno se marchita si es verdadero.
Hace falta valor para volver a buscarse en lo que éramos,
puesto que lo que fuimos ya no seremos.
Pasa el tiempo y posponemos el retrato.
Ya nadie se vacía en los anhelos.
Esperamos una respuesta a un problema propio,
a una consciente y nublada falta de identidad propia.
Al final tu mismo te eliges.
Se deja pasar el tiempo,
pero los recuerdos no envejecen,
a veces te atrapan, te enroscan en una letanía de muerte.
Uno se hace el ciego y otro miente.
Cada uno a solas lo descubre, su íntimo secreto, su misteriosa pérdida.
Me hago viejo y ya no siento.
Vaga excusa. El dolor me hizo de hierro.
Argumento cobarde pero cierto.


Dyrholaey (Islandia, junio 2011)

domingo, 20 de noviembre de 2011

Pérdida (I)

La pérdida, ese reposo esperando la nada,
ese sentir de amargo recuerdo.
Una experiencia que no se olvida,
un lugar donde tenues las vivencias se eligen.
El recuerdo o el olvido,
que magnífica elección de vida y muerte.
No hay recuerdo sin olvido.
No hay olvido sin recuerdo.
Una imagen de dolor: un adiós un hasta siempre.
Comprender que la ausencia es necesaria
para sobrevivir de nuevo.
Que aquello que se marcha,
queda, ya para siempre
y que cada uno lo guarda como anhela,
por pura protección o cobardía
no se enfrenta a su recuerdo
y que la perdida es la fatal ausencia de uno mismo,
del que fue y ya no se encuentra
en otro lugar de aquella pretérita manera.


Snaefelljökull (Islandia, junio 2011)