(Rincón de la Victoria - Málaga, agosto 2009) |
Luna llena de impaciencia,
luz abarrotada de esperanza...
Qué momento tan mágico que hace detener el mundo
para que sólo importe el alumbramiento.
Ya se le siente,
como presentimiento en cascada
de vida eterna.
Merece la pena vivir así,
con el corazón a punto del desboque,
con la incertidumbre del tiempo
en el origen de todo.
¡Qué misterio, la vida!
Cuando hay espera no importan las brújulas.
El amanecer es seguro y también el encuentro.
Corazón palpitante y en el estómago,
desbocados, la impaciencia y el sueño.
Y los recuerdos, como girones del alma..
a combatir en la memoria como lanzas fugaces.
¡Qué incertidumbre la vida!
(Madrid, mayo 2011) |
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