Incluso lo eterno se marchita si es verdadero.
Hace falta valor para volver a buscarse en lo que éramos,
puesto que lo que fuimos ya no seremos.
Pasa el tiempo y posponemos el retrato.
Ya nadie se vacía en los anhelos.
Esperamos una respuesta a un problema propio,
a una consciente y nublada falta de identidad propia.
Al final tu mismo te eliges.
Se deja pasar el tiempo,
Se deja pasar el tiempo,
pero los recuerdos no envejecen,
a veces te atrapan, te enroscan en una letanía de muerte.
Uno se hace el ciego y otro miente.
Cada uno a solas lo descubre, su íntimo secreto, su misteriosa pérdida.
Me hago viejo y ya no siento.
Me hago viejo y ya no siento.
Vaga excusa. El dolor me hizo de hierro.
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